Se trata de una nueva técnica endovascular mínimamente invasiva para el tratamiento de las varices. El procedimiento fue iniciado en los EE.UU. y posteriormente adoptado por múltiples cirujanos vasculares de diferentes países.

La técnica consiste en la introducción de un catéter en el interior de la vena safena,  mediante una punción en la cara interna de la pierna o muslo. Infiltramos una pequeña cantidad de anestésico local únicamente en el lugar del pinchazo; ya que es un procedimiento indoloro no precisamos  anestesiar toda la longitud de la vena a tratar.
El catéter consta de un mango motorizado que al accionarlo produce una rotación de alta frecuencia en su punta. Ésta es posicionada mediante control ecográfico en el origen de la safena. La rotación provocará un espasmo de la vena y  a medida que lo retiramos vamos instilando un agente esclerosante que sellará y fibrosará  la vena enferma en todo  su recorrido.
Una vez completada esta corta intervención el paciente podrá regresar a su actividad normal ese mismo día.

En comparación con otras técnicas similares como el láser o la radiofrecuencia, que utilizan energía térmica, con Claivein reducimos al máximo el dolor y molestias tanto durante el tratamiento como en el postoperatorio.  Asimismo el riesgo de aparición de hematomas, pigmentaciones en la piel, o lesiones en los nervios son mucho menores que con estas otras “técnicas térmicas”.

En definitiva se trata de un tratamiento muy novedoso y sencillo, rápido, indoloro, con muy baja tasa de complicaciones, y que evita a el paciente  bajas laborales y postoperatorios complejos.

A falta de estudios a más largo plazo, todos los indicios apunta a que Clarivein nos proporcionará una técnica segura, eficaz y duradera para el tratamiento de las varices.


 

 

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